
Dona
Todos fuimos llamados al campo misionero. Algunos para ser punta de lanza y llegar a lugares a los que la mayoría de nosotros no podemos ir. Otros fueron elegidos para entrenar, enviar, tensar el arco, afilar las flechas, discipular, traducir, entre tantas otras funciones en el campo misionero. También están aquellos que fueron capacitados por Dios para sostener todo esto, siendo los verdaderos cimientos en oración y contribución financiera.
El avance del Reino de Dios entre las naciones implica, en la Amazonía, gastos con desplazamientos, alimentación, entrenamiento ministerial y construcción de iglesias, que marcan legalmente áreas y sus accesos. Hay diversas maneras de contribuir y, con ello, hacer posible que la historia que Jesús está escribiendo en los confines de la tierra se lleve a cabo. Tenemos la certeza de que todos podemos ser parte, activa y efectivamente, del último gran avivamiento.
Dona, contribuye, cumple tu propósito en los confines de la tierra.