Cléber comparte (en tikuna) la palabra de Dios, destacando la bondad y fidelidad de Dios que se renuevan diariamente y alcanzan todas las generaciones. Anima a todos a confiar en Dios, recordando que el amor y las promesas divinas son eternos y siempre presentes en nuestras vidas.
Hola, mis hermanos. Me llamo Cléber. Soy misionero de la Misión Vale de la Amazonía. Tengo 23 años. Ya estoy casado. El nombre de mi esposa es Beatriz. Y estamos aquí.
Voy a compartir con ustedes la palabra de Dios, que está en Salmo 100:5. Este versículo habla de la bondad de Dios, la bondad de Dios que estamos viviendo en nuestras vidas, en nuestro día a día. Dios nos mostró su bondad aquí en la tierra.
Nos mostró esta bondad cuando envió a su hijo, Jesús, para salvarnos de nuestros pecados, porque éramos pecadores. Cometimos muchos errores, muchas veces. Entristecimos el corazón del Padre, que es nuestro Abba, nuestro papito, que siempre nos abraza y consuela cuando estamos tristes, cuando necesitamos algo, cuando necesitamos orientación.
Él nos da pensamientos de paz. Y eso es bueno, porque su amor se renueva cada día. Cada día, cada mañana, cuando te despiertas, el amor de Dios ya se renovó.
Y quiero compartir esto con ustedes. Vamos a leer juntos en portugués y luego leeremos en ticuna. Así, aprenderás un poco también sobre cómo leer en ticuna.
"Porque el Señor es bueno. Su amor dura para siempre, y su fidelidad, de generación en generación." (Salmo 100:5)
"Porque el Señor es bueno".
El Señor es bueno, Él es bueno todos los días, Él es bueno para nuestras vidas. Aunque no seamos buenos, Él siempre es bueno con nosotros.
"Y su amor dura para siempre".
Su amor dura para siempre. Aunque hagamos cosas malas, su amor siempre nos acompaña. Él nunca nos deja. El amor de Dios nunca nos deja. Él siempre quiere abrazarnos.
También necesitamos abrazarlo. El amor de Dios en nuestras vidas es esencial. "Y su fidelidad". Él nunca nos abandona. Cuando lo necesitamos, Él está a nuestro lado, todos los días. Incluso cuando no lo necesitamos, Él también está allí. Siempre está esperando por nosotros, porque cumplirá lo que prometió. Él es fiel para cumplir todas sus promesas.
Si no sabes leer o escribir, si piensas que no lograrás nada en la vida, si las personas dicen que no lo lograrás, que estás loco, que no vales nada, que no tienes dinero, recuerda que cuando llegue tu tiempo, nadie creerá lo que lograrás. Porque su fidelidad te acompaña, su fidelidad te alcanzó.
Él cumplió lo que prometió en tu vida, y es por eso que estamos vivos. Por eso, Él cumplirá todas sus promesas. Si alguien no cree que serás alguien, un día Dios mostrará que eres capaz de hacer lo que nunca pensaste que sería posible. Dios te ama. Mucho.
"Y su fidelidad se extiende de generación en generación".
Aunque muramos, como nuestros abuelos murieron, su amor aún está en nuestra generación. Ahora, en este momento, ya está en nuestra generación. El amor de Dios nunca se acaba. El amor de Dios se transferirá a nuestros hijos.
Ellos también vivirán en el amor de Dios. Y esa es la palabra que les traigo a ustedes, mis hermanos, mis hermanas, niños que escucharon. Vamos a leer en ticuna:
"Erü nüma ya Cori rü namecüma rü ngẽma norü ngechaü̃ rü guxü̃guma nangẽxmaecha. Rü ngẽma nax yaxaixcümaxü̃ rü taguma inayacua̱x." (Wiyaegü 100:5)
Dios te está viendo. Aunque vivas en el igarapé, muy lejos, aunque vivas a orillas del río, Dios te está viendo. Dios ya sabe dónde vas a vivir.
Que Dios te bendiga, te dé paz y alegría en tu familia, en el nombre de Jesús.
Dios te bendiga. Amén. Amén.
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